La igualdad del enfoque de género
en el ciclo de proyecto, para su cumplimiento debe ser tomada en cuenta en
todas sus fases, con el propósito de garantizar el cumplimiento de las
actividades planificadas en torno a la igualdad del enfoque de género. Para
garantizar este cumplimiento, en los proyectos de desarrollo se debe destinar
recursos financieros y recursos humanos especializados en género.
La coyuntura actual ya sea
político, económico, social y hasta ambiental; nos permite generar una gran
oportunidad para introducir el principio de igualdad o incorporación del
enfoque de género en el ciclo de proyectos, identificando puntos críticos. Para
lo cual no se tiene una receta única de cómo debe ser abordado este tema, es
así que se tiene que trabajar en nuevas formas de pensar que nos posibilite una
retroalimentación para hacer aplicable lo aprendido. La incorporación del
enfoque de género en el ciclo de proyectos necesariamente implica la asignación
de recursos especializados para tal efecto.
En este contexto la incorporación
del enfoque de género en el ciclo de proyectos deberá ser integral y estar
presente en todas las fases: Diagnóstico, Diseño y Planificación, ejecución y
evaluación.
En este cometido en la fase de diagnóstico
considerar aspectos cuantitativos y cualitativos que incorporen el enfoque de
género que nos permitan visibilizar la discriminación de género y desvelar sus
causas.
En los aspectos cuantitativos
identificar claramente con herramientas estadísticas la disgregación por sexo
entre hombres y mujeres, referidas a niveles de educación, actividad, empleo y
desempleo, porcentaje de participación, etc.
Lo que nos permitirá sacar a la luz las situaciones de discriminación
que sufren las mujeres en la situación actual.
Y en lo que se refiere a los
aspectos cualitativos hacer un análisis de las causas de desigualdad,
referida a la división sexual del
trabajo, uso y control del tiempo, usos de espacios, acceso a los recursos.
Continuando con el ciclo de
proyectos, la fase de diseño y planificación es un proceso
técnico, pero a la vez también es un proceso político que nos permite la
redistribución de recursos y de poder entorno a interés de grupos sociales, y
dado el caso nos interesa los intereses que tienen las mujeres en un proyecto.
Al incorporar el enfoque de género en el diseño y planificación de proyectos se
debe considerar procesos de transformación (cambio de aptitud), y como reacción
a estos procesos de transformación obviamente se tendrá resistencia (todo
cambio implica conflicto).
Para garantizar el enfoque de género
en el diseño de proyectos se debe contemplar la igualdad entre hombres y
mujeres como prioridad, y asignación de personal experto en género. La no
incorporación de estas medidas repercutirá en el desmedro del proyecto, generando mujeres como
colectivo beneficiarios pasivo y finalista (lo que en la práctica viene a ser
marginación de las mujeres en los proyectos).
Asimismo se supone incorporar el
principio de igualdad en la formulación de objetivos que promuevan la igualdad
de hombres y mujeres, y la superación de la discriminación de género.
Diferenciar de forma clara los grupos destinatarios en donde se distinga
claramente a las mujeres y hombres en términos de cantidad. En el cumplimiento
de las actividades también diferenciar la participación de las mujeres.
Asimismo incorporar los recursos
financieros necesarios para el cumplimiento de la igualdad y la incorporación
de expertos en género.
En la fase de ejecución,
si bien se tiene la confianza que los aspectos de igualdad de género
están considerados en la fase de diagnóstico y diseño del proyecto. En este
fase se debe vigilar y asegurar el cumplimiento del enfoque de género.
Generalmente la fase ejecución de
un proyecto lo ejecutan otras personas, que nada tuvieron que ver en el diseño,
por tal motivo se debe velar el cumplimiento de la igualdad del enfoque de
género. Que las actividades se cumplan tal y como está planificado, se
incorpore en la ejecución personal experto en género, que se respeten a los
grupos destinatarios.
Y como acciones previas a la
ejecución del proyecto realizar acciones sensibilización y preparatorias del
lanzamiento del proyecto, haciendo hincapié en el enfoque de igualdad de
género. Ya en la ejecución propiamente
dicha hacer seguimiento sobre el cumplimiento en la incidencia real de igualdad
de mujeres y hombres. Asimismo hacer partícipe con poder de decisión a organismos y asociaciones
de defensa de los derechos de las mujeres. Y finalmente transferir y
difundir las experiencias positivas con
relación a la igualdad del enfoque de género.
Finalmente se tiene la fase de evaluación,
si bien la fase de evaluación es un proceso continuo, es proceso que saca a la
luz los beneficios y dificultades del proyecto, establece las bases para la
realización de orientaciones y ajustes del proyecto, mejora la eficiencia y
eficacia del trabajo planificado, identifica las buenas prácticas y las
lecciones aprendidas y finalmente difundir los resultados para aquellas
personas interesadas. En el tema en cuestión debe sacar a la luz, el
cumplimiento del enfoque de género y su impacto, en los roles y tareas de los
beneficiarios del proyecto.
Como conclusión se puede
mencionar, que si bien el tema de igualdad de género actualmente está en las
agendas de las organizaciones e instituciones, aún existe una brecha en el
cumplimiento de esta desigualdad. Tal vez generar más espacios de
sensibilización, formar recursos humanos expertos en temas de igualdad de
género, y finalmente proveer mecanismos que garanticen la incorporación en los proyectos de desarrollo la igualdad
del enfoque de género.
El presente manuscrito fue
elaborado en base a la lectura KIDEITU (2007). El principio de igualdad de
mujeres y hombres en el empleo. Gobierno Vasco, España: Emakunde, Instituto
Vasco de la Mujer como entidad coordinadora de la Agrupación de Desarrollo “Red
Kideitu”.
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